Sitges, la escapada perfecta en invierno

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En verano, Sitges, es un lugar agitado, repleto de turistas que llegan en busca de sol y playa invadiendo cada rincón. Y cuando el sol se pone, ¡comienza la fiesta!

Pero en invierno, Sitges es diferente. El ambiente cambia por completo. Las masas desaparecen y la vida recupera su ritmo habitual. Un ritmo que, aunque en la temporada estival parece imposible, realmente es pausado, haciendo de la Vila un lugar en el que se vive con calma y calidad.
Esto convierte a Sitges en el destino perfecto para unas vacaciones o una escapada de invierno.

Pero el hecho de que recupere la calma no significa que Sitges esté muerto; aquí no se paraliza la actividad durante los meses de invierno, solo se desacelera. Se convierte en un rincón con estilo, con encanto que invita a pasear por sus estrechas calles, a respirar al aire libre, a sentarte en cualquier terraza a tomar una copa mientras disfrutas de la puesta de sol (os recomendamos la terraza de El Vivero Beach Club, sus vistas son espectaculares), incluso a visitar las pequeñas y bonitas tiendas.

Una caminata relajada por el paseo marítimo o la playa, da igual la hora, es uno de los mayores placeres que ofrece Sitges a sus visitantes. Y sí, su magnífico clima lo hace posible y agradable también en invierno.

La vida nocturna, en invierno, no es como en verano, pero tampoco en este sentido Sitges muere en invierno. Por lo que si buscas algo de diversión en tu escapada de relax o romántica, igualmente encontrarás muchas opciones. Sin ir más lejos, la celebración más famosa de Sitges, el Carnaval, se celebra en febrero. Además, un sinfín de discotecas, y locales de ocio nocturno abren durante todo el año.

 

Si estás pensando en una escapada en invierno, Sitges es una alternativa ideal. Tienes una villa bañada por el mar en la que disfrutarás de un tiempo envidiable; Barcelona muy cerca y los viñedos del Penedés a tan solo 20 minutos.