La Barcelona de Picasso (III)

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No podíamos dejar que terminara el año sin completar lo que ya habíamos comenzado: nuestra ruta «La Barcelona de Picasso». Así que, aquí tenéis los últimos destinos que componen el último tramo de una ruta a través de la que hemos querido acercaros a uno de los grandes artistas que han pasado por Barcelona…

Plaza de l’Oli, 4

En el número 4 de la Plaza de l’olí se encontraba el edificio El Guayaba, hoy desaparecido y que un día fue taller de Joan Vidal i Ventosa y también lugar de reunión de aristas de la época; entre los que se encontraba, por supuesto, Picasso.

Este local de reunión nació de la necesidad de contar con un estudio en el que poder trabajar y de la inquietud e ilusión de un grupo de estudiantes. Y por su amistad con Joan Vidal i Ventosa, Picasso fue uno de los ilustres visitantes. Y de una de aquellas vistas queda hoy un documento gráfico que ha sido utilizado por muchos para ilustrar la relación del genio con la cuidad de Barcelona.

Palau i Fabra, al hablar a sus amigos de Picasso, decía: «Sabemos que en la primera del año 1906, Picasso vino a Barcelona antes de ir Gòsol en compañía de Fernando Olivier y visita Guayaba […] De esta visita queda un testimonio de gran valor, que es la foto que ha dado la vuelta al mundo hecha allí por Vidal i Ventosa».

Plaza Nova, 5

En Plaza Nova número 5 se encuentra el colegio de Arquitectos de Catalunña. Y allí podemos ver en la fachada, los friscos, realizados sobre dibujos expresamente diseñados por Pablo Picasso, por el noruego Carl Nesjar, en 1960.

Dentro del edificio se pueden encontrar además otros dos murales: uno que representa Barcelona y otro dedicado a la sardana.

Calle Montcada, 15-23

Este especial recorrido que hemos hecho tras los pasos que Picasso dio por nuestra cuidad no podía terminar en otro lugar, sólo en el Museo Picasso de Barcelona.

El museo abrió sus puertas en el año 1963 en el Palacio Berenguer d’Aguilar, dando a conocer las colección de personal de Jaume Sabartés y la colección de Picasso procedente de los Museus d’Art de Barcelona.
Con el fallecimiento de abarates, llegaron dos importantes donaciones del artista. Una de ella fue la serie Las Meninas, en el año 1968; la otra, en el año 1970, fueron 921 obras de la colección de la familia. Estas donaciones junto diversas donaciones por parte de Jacqueline Roque y los herederos de Picasso, enriquecieron de manera extraordinaria los fondos del museo y motivaron que en el año 1985 se anexionara el nuevo palacio, el de Meca. Y en el 1999 dieron comienzo las obras de reforma de dos espacios nuevos, la Casa Mauri y el Palacio Finestres, que hoy acogen las exposiciones temporales que organziza el museo.

El Museo Picasso, además de visita obligatoria para todo amante del arte que pisa Barcelona, más que un lugar de Picasso, es el rincón de Barcelona por excelencia en el recorrido por la vida del genio.

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