El «Calendario de la cebolla» : método campesino para anunciar el clima del año

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Aunque la ciencia y los avances tecnológicos en materia de meteorología y pronóstico del tiempo en la actualidad son avanzados, el “Calendario de la cebolla” aún sigue vigente en nuestra época.

Es una costumbre que data de mucho tiempo atrás, que aunque lejos de la ciencia, es usada por los campesinos para acercarse a la tierra y adivinar el clima para todo el año que inicia.

Aunque la tecnología a través de los smartphones nos suministra a diario el estado y el pronóstico del tiempo, en Cataluña una cebolla puede anunciar el clima de todo año.

El Calendario climático o “Calendario de la Cebolla”

Este calendario es una costumbre que se practica en el campo catalán. Utilizan una cebolla para predecir la meteorología para todo el año que inicia.

Según esta tradición, una cebolla es capaz de predecir doce meses de climatología.

¿Cómo funciona el sistema? Es sencillo: poco antes de que inicie la noche de Fin de Año, se corta una cebolla blanca por la mitad y se separan de ella doce capas (cada capa corresponde a un mes del año).

Después se dejan a la intemperie con una pequeña cantidad de sal en cada capa.

Justo a la mañana de Año Nuevo, se observa el estado de las capas. Aquellas que han acumulado más agua indicarán los meses más lluviosos del año y las capas con menos acumulación, indicarán las épocas más secas.

Cabe destacar que el resultado obtenido sólo es válido para la zona donde se haya realizado el experimento.

La explicación del método

Independientemente que esta tradición sea de origen campesino o pagano, el “Calendario de la cebolla” tiene una explicación.

La aplicación de este método indica que las capas más pequeñas de la cebolla, corresponden a los primeros meses del año, así como a los primeros de verano.

Y las más gruesas,  corresponden a los meses más lluviosos tanto en primavera y otoño.

Por su parte, la sal cumple su función: concentra el agua presente en la cebolla. Por lo tanto, las capas más carnosas y gruesas (que acumulan más agua), son las que liberan más líquido al estar en contacto con la sal.

A partir de estas observaciones es que se obtiene un calendario que corresponde con la climatología.

Si bien no es muy posible confirmar la fiabilidad exacta de este método de pronóstico rural, es evidente que el pronóstico del tiempo tradicional tampoco es que acierte por completo.

Al final, no se pierde nada. Sólo basta tener una cebolla, cortarla y esperar al día siguiente para ver qué indica.

El dicho catalán dice: “La ceba de Cap d’Any fa bon averany” (“la cebolla de fin de año es de buen agüero”). Las tradiciones no han desaparecido.